domingo, 18 de enero de 2015

TALLER DE FAMILIAS. GRANADA 2015.




TALLER DE FAMILIAS:
Jesús García. Pedagogo y escritor.
Domingo 25 de enero: “Educar en tiempos de crisis: un reto, una posibilidad, un camino”.
Domingo de febrero: “La comunicación en familia y con los hijos: elementos para una comunicación eficaz”.
Domingo 22 de marzo: “La autoridad que nace del amor. Tener autoridad. SER autoridad”.
Domingo 19 de abril: “Los conflictos con los hijos: ni vencedores ni vencidos”.

PRIMERA SESIÓN:
Domingo 25 de enero: “Educar en tiempos de crisis: un reto, una posibilidad, un camino”.
Salones de la Parroquia de Nuestra Señora de las Angustias. Granada.
Hora: de 11:00 a 14:00 horas.

jueves, 15 de enero de 2015

CASA DIOCESANA DE LA FAMILIA DE GRANADA. CURSOS PREMATRIMONIALES 2015.

CURSOS DE FORMACIÓN AL MATRIMONIO
Y A LA VIDA DE FAMILIA.
DIÓCESIS DE GRANADA.

CASA DIOCESANA DE LA FAMILIA
Camino de Ronda 132
(Entrada por Calle Sol)
CURSOS DE FORMACIÓN
AL MATRIMONIO Y A LA VIDA DE FAMILIA

Actualización: Enero de 2015

CURSOS PREMATRIMONIALES 2015
CASA DIOCESANA DE LA FAMILIA:
Febrero 2015                   De fin de semana: Sesiones días 7 y 14  (sábados).
Abril 2015                         De fin de semana: Sesiones días 11 y 25  (sábados).
Junio  2015                       Intensivo de fin de semana  19, 20 y 21 (viernes, sábado y domingo).
Septiembre 2015            Intensivo de fin de semana  5 y 6  (sábado y domingo).
Noviembre 2015             De fin de semana: Sesiones días 14 y 21  (sábados)

HORARIOS:
Fines de semana: De 10 a 13:30 y de 17 a 20
Intensivos: Viernes 19 a 22, sábado 10 a 14 y 17 a 21, domingo 10 a 13

INFORMACIÓN:
Lunes, miércoles y viernes de 11 a 13.
Por las tardes la atención se hace previa cita.
Teléfono 958 20 41 75
(Dejar mensaje en el contestador indicando claro el número de teléfono en el que se puede contactar y os llamamos).

En la Casa Diocesana de la Familia se informa de los cursos de las Parroquias que nos han facilitado los datos.


OTROS CURSOS DE FORMACIÓN AL MATRIMONIO Y A LA VIDA DE FAMILIA.

martes, 13 de enero de 2015

ACTOS EN GRANADA DE LA SEMANA DE ORACIÓN POR LA UNIDAD DE LOS CRISTIANOS

ACTOS EN GRANADA SEMANA DE ORACIÓN POR LA UNIDAD DE LOS CRISTIANOS 2015.

´´Jesús le dice “dame de  beber” (Jn. 4, 7)``

Este es el tema que centra la Oración por la Unidad de los Cristianos en este año 2015. El grupo ecuménico de Brasil que ha preparado este celebración, nos invita a utilizar los símbolos del “camino y el agua” como imágenes de la unidad visible de la Iglesia por la que oramos.

EUCARISTÍAS Y ACTOS ECUMÉNICOS POR LA UNIDAD EN GRANADA

Eucaristías:
Sábado 17 de enero, a las 19:00 horas: “Parroquia de San Rafael”
Domingo 18 de enero, a 13:00 horas: “Parroquia de Ntra. Sra. de las Angustias”
Martes 20 de enero, a las 18:30 horas: “Parroquia de San Isidro”
Miércoles 21 de enero, a las 19:30 horas: “Parroquia de San Agustín”
Jueves 22 de enero, a las 20:00 horas: “Iglesia de San Francisco”
Viernes 23 de enero, a las 18:30 horas: “Parroquia de Ntra. Sra. de las Mercedes”
Domingo 25 de enero, a las 13:00 horas: “Parroquia de Inmaculada Niña”
Lunes 26 de enero, a las 19:30 horas: “Parroquia de San Emilio”

Celebraciones ecuménicas:
Lunes 19 de enero, a 19:00 horas: “Parroquia del Espíritu Santo”. Arz. de Cartuja
Martes 20 de enero, a las 20:00 horas: “Seminario Mayor de Cartuja”
Jueves 22 de enero, a las 20:30 horas: “Iglesia de San Francisco”
Viernes 23 de enero, a las 19:00 horas: “Iglesia Bautista”, Calle Angel Barrios.
Sábado 24 de enero, a las 19:00 horas: “Iglesia Evangélica Española”, Callejón del Pretorio.
Lunes 26 de enero, a las 20:15 horas: “Parroquia de San Emilio”


Desde la Delegación Diocesana de Ecumenismo se nos recomienda el trabajo constante por la Unidad de los Cristianos en todas nuestras relaciones a través del arrepentimiento, el perdón y el amor y se nos pide una oración constante pidiendo la gracia de la unidad para “que todos sean uno para que el mundo crea”.

viernes, 2 de enero de 2015

PALABRA DE VIDA DE ENERO DE 2015.

«Jesús le dice: "Dame de beber"» (Jn 4, 7).
Jesús deja la región de Judea en dirección a Galilea. El camino lo lleva a cruzar Samaría. A mitad de jornada, a pleno sol, cansado por el camino, se sienta en el pozo que el patriarca Jacob había hecho 700 años atrás. Tiene sed, pero no tiene cubo para sacar agua. El pozo es hondo, 35 metros, como se puede ver aún en nuestros días.
Sus discípulos han ido al pueblo a comprar algo de comer. Jesús se ha quedado solo. Llega
una mujer con un cántaro, y él, sencillamente, le pide de beber. Es una petición que va contra las usanzas de la época: un hombre no se dirige directamente a una mujer, y menos si es una desconocida. Además, entre judíos y samaritanos hay divisiones y prejuicios religiosos: Jesús es judío, y la mujer, samaritana. La confrontación e incluso el odio entre los dos pueblos tiene raíces profundas, de origen histórico y político. Y hay una barrera más entre él y ella, de tipo moral: la samaritana ha tenido varios hombres y vive en situación irregular. Quizá por eso precisamente no viene a sacar agua con las demás mujeres, por la mañana o al atardecer, sino a una hora insólita como aquella: a mediodía, para evitar sus comentarios.
Jesús no se deja condicionar por ningún tipo de barrera y entabla un diálogo con la extranjera. Quiere entrar en su corazón, y le pide:
"Dame de beber".
Se reserva un regalo para ella, el regalo de un agua viva: «El que tenga sed, que venga a mí, y beba el que cree en mí», lo oirán gritar más tarde en el templo de Jerusalén (Jn 7, 37). El agua es esencial para todo tipo de vida, y resulta aún más preciada en lugares áridos, como Palestina. Lo que Jesús quiere dar es un agua viva, como símbolo de la revelación de un Dios que es Padre, y es amor, el Espíritu Santo, la vida divina que Él vino a traer. Todo lo que Él da es vivo y para la vida: Él mismo es el pan vivo (cf. 6, 51ss.), es la Palabra que da la vida (cf. 5,25), es simplemente la Vida (cf. 11,25-26). En la cruz -dice también Juan, que fue testigo de ello- cuando uno de los soldados le traspasó el costado con la lanza, «al punto salió sangre y agua» (19, 34): es el don extremo y total de sí mismo.
Pero Jesús no impone. Ni siquiera reprende a la mujer por su convivencia irregular. Él, que todo lo puede dar, pide, porque en verdad necesita que ella le dé:
"Dame de beber".
Pide porque está cansado, tiene sed. Él, el Señor de la vida, se hace mendigo, sin esconder su humanidad real.
También pide porque sabe que si la otra da, podrá abrirse más fácilmente y disponerse a acoger a su vez.
Esta petición da lugar a un coloquio a base de argumentos, equívocos y pensamientos profundos, al término del cual Jesús puede revelar su identidad. El diálogo ha derribado las barreras defensivas y ha llevado a descubrir la verdad, el agua que Él ha venido a traer. La mujer deja lo más preciado que tiene en ese momento, su cántaro, porque ha encontrado otra riqueza, y corre a la ciudad para iniciar, a su vez, un diálogo con los vecinos. Tampoco ella impone, sino que relata lo ocurrido, comunica su experiencia y plantea un interrogante sobre la persona que ha conocido y que le ha pedido:
"Dame de beber".
En esta página del Evangelio me parece captar una enseñanza para el diálogo ecuménico, cuya urgencia se nos recuerda cada año en este mes. La «Semana de oración por la unidad de los cristianos» nos lleva a tomar conciencia de la división escandalosa entre las Iglesias, que se mantiene desde hace demasiados años, y nos invita a acelerar los tiempos de una comunión profunda que traspase cualquier barrera, igual que Jesús superó las fracturas entre judíos y samaritanos.
La falta de unidad entre los cristianos es solo una de tantas faltas de unidad que nos desgarran en todo tipo de ámbitos, alimentadas por malentendidos, confrontaciones en la familia o en la comunidad de vecinos, tensiones en la oficina, rencor hacia los inmigrantes. Las barreras que en muchos casos nos dividen pueden ser de tipo social, político, religioso o simplemente fruto de distintas costumbres culturales que no sabemos aceptar. Son estas las que desencadenan los conflictos entre naciones y etnias, pero también hostilidad en el barrio. ¿No podríamos, como Jesús, abrimos al otro por encima de diferencias y prejuicios? ¿Por qué no escuchar, independientemente de cómo se formule, una demanda de comprensión, de ayuda, de un poco de atención? En quien es de un bando contrario o de distinta extracción cultural, religiosa o social, también se esconde un Jesús que se dirige a nosotros y nos pide:
"Dame de beber".
Me viene a la mente otra palabra similar de Jesús, que pronunció en la cruz y que también recoge el Evangelio de Juan: «Tengo sed» (19, 28). Es la necesidad primordial, expresión de cualquier otra necesidad. En toda persona necesitada, desempleada, sola, extranjera, aunque sea de otro credo o convicción religiosa, aunque sea hostil, podemos reconocer a Jesús, que nos dice: «Tengo sed», y que nos pide: «Dame de beber». Basta con ofrecer un vaso de agua, dice el Evangelio, para obtener una recompensa (cf. Mt 10, 42), para entablar el diálogo que recompone la fraternidad.
También nosotros, por nuestra parte, podemos expresar nuestras necesidades sin avergonzamos de «tener sed», y pedir a nuestra vez: «Dame de beber». Así podrá iniciarse un diálogo sincero y una comunión concreta sin miedo de la diversidad, de exponemos a compartir lo que pensamos ni de acoger lo que el otro piensa. Podremos aprovechar, sobre todo, el potencial de quien tenemos enfrente, los valores que tiene, aunque estén escondidos; como hizo Jesús, que supo reconocer en la mujer algo que Él no podía hacer: sacar agua.
Fabio Ciardi 

jueves, 1 de enero de 2015

ANUNCIAR AL MUNDO QUE DIOS ES AMOR.

Es necesario que todo el mundo sepa
que Dios es Amor,
que nos ama inmensamente.
Todo un año para anunciar lo que el mundo no sabe:

Dios no está lejos,
no es ajeno a nuestra vida:
Dios esta cerca,
Dios nos ama.


FELIZ 2015